Ayer tuvimos otro momentazo de estos que acabaremos contando a los nietos. Yo llevo desde el Domingo pasado con un dolor en el costado izquierdo, que atribuimos a gases, que a su vez atribuimos al Levofloxacino que me habían recetado para la infección del catéter. Ya me lo habían visto en diálisis, pero como se daba por sentado que eran gases tampoco había mucho que hacer. La cuestión es que el dolor no se iba y tampoco salían gases por ningún lado. Por otro lado, con Sara pasamos el miércoles por urgencias de La Moraleja por unos mareos y dolor de cabeza, y tras pincharla la medicación tuvo que venir otro médico de Sanitas a casa porque la cosa iba a peor. Total, que ayer jueves se quedo en casa, y cuando yo vine de diálisis, mis dolores se acrecentaron, pregunté y me dijeron que bajara a urgencias. Deje a Sara en casa porque no estaba como para estar allí esperando, pero mientras me veían los médicos, me llegó un whatsapp suyo contándome que se estaba poniendo peor. Así que se lo indiqué a la doctora que me estaba viendo para que me diera el alta voluntaria y me fuera a por ella. Me dejaron pedida una analítica y salí escopetado para casa. Todo esto con mis suegros de taxistas, que yo no podía conducir. En casa recogimos a Sara y vuelta los dos al Hospital. Afortunadamente nos pusieron juntos. La gente flipaba un poco con nosotros: un matrimonio los dos en urgencias por dolencias totalmente distintas. Una gran imagen la de los dos compartiendo un palo de suero!
Finalmente a eso de la una nos soltaron. Lo mio resultó ser que el catéter de peritoneal se había dado la vuelta en el último lavado, y se me clavaba en la parte izquierda del tórax, y lo de Sara una mala reacción al Tramadol que le habían recetado inicialmente. Y así realmente se nos pasó Acción de Gracias, cenando un tazón de cereales a las dos de la mañana :)
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